¿Y tú, eres semilla estelar?
A lo largo de las distintas encarnaciones, que no son más que un pequeño punto de luz en la eternidad de vuestro ser, vais desplegando como semillas estelares vuestra esencia de estrella.
Cuando en las noches eleváis la mirada al cielo y contempláis la bóveda celeste, podéis ver una alfombra de estrellas que os acompañan como si os abrazaran y sentís admiración.
ÍNDICE
Cree en la grandeza
Quizá os sintáis pequeños ante tanta grandeza. Quizá os sintáis desbordados por tanta luz y majestuosidad. Pero recordad que cada vez que miráis al cielo y veis ese ramillete inmenso de lucecitas que brillan allá arriba, estáis reconociendo vuestra luz aquí abajo.
Cuando en las noches de verano sentáis en pleno campo, cerca del mar o en lo alto de una montaña, a observar el cielo, sin daros cuenta, os estáis observando a vosotros mismos. Estáis viendo esa luz interna, esa luz de estrella aún por desplegar que sois, esa luz de estrella que titila en estado de semilla os está recordando, todavía intermitentemente, que la Paz está siempre con vosotros.
Esa Paz es la facultad de reconocer la Luz que sois, que siempre habéis sido y que siempre seréis y, que al tomar conciencia de ello, hace que la proyectéis hacia afuera, como las estrellas que salen cada noche a vuestro encuentro para recordaros una y otra vez aquello que sois en esencia.
En realidad nuestra esencia es, ni más ni menos que polvo de estrellas.
Vanessa
Cuando reconozcáis que vuestra esencia es polvo de estrella, entraréis en la Gran Paz que os llevará a ser conscientes de cada paso que deis en el sendero; notaréis como vuestras pisadas dejan huella en el camino, sentiréis que, a cada paso consciente, se le suma vuestra respiración, vuestra mirada, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos; con cada paso que deis conscientemente, las partes de vuestro Ser que forman esa estrella que sois y que siempre habéis sido, se unirán, y entonces mostraréis esa Paz que se abrirá paso a través de la Luz que desplegaréis desde el corazón, iluminándolo todo allí por donde vuestra alma y vuestro corazón os lleven.
Que te empiece a dejar de importar y deja de necesitar
Ya no importa el qué dirán, ya no importa el aparentar. Todo eso ya no importa, ya lo vivisteis, y os disteis cuenta de que esas cosas opacan vuestra Luz.
Ya no necesitáis el reconocimiento de los demás para ofrecer esa paz, vosotros mismos os disteis permiso para ser esa Paz e irradiarla al mundo y a su vez permitiros que el mundo os alimentase de ella.
Disfruta el ahora...
Ahora, cuando volváis a mirar la bóveda celeste, recordad que eso que veis ahí arriba es un perfecto espejo de lo que es aquí abajo y que no sois grandes ni pequeños, sino que simplemente sois.
Ahora recordad que esa Luz que veis ahí afuera es la misma que os alimenta aquí adentro, y que ya llegó el momento de dar aquello que sois al mundo, a vuestro mundo.
El ahora es tu mayor regalo, y aún no te has dado cuenta.
Vanessa
Ahora dejad que vuestro ser muestre por fin su esencia, dejad que por fin toda vuestra belleza interior rebase todo vuestro ser y que esa Paz se desborde en y a través de vosotros, por vosotros y para vosotros, como el cauce del río que ya no admite más agua y se expande más allá de él.
Al final sólo importa el cuando...
Cuando, a partir de ahora, entréis en comunión con la bóveda celeste, sabréis perfectamente que ni es grande, ni inmensa, ni colosal, porque os daréis cuenta de que estáis inmersos en ella y en su interior sentiréis la paz de ser uno con ella, como si una gota de agua del océano comprendiera de repente que su pequeñez no es más que la incomprensión de la unidad con el mismo océano; que su pequeñez es fruto de su creencia de sentirse separada de la unidad que la acoge y por la que existe.
Cuando esa gota de agua deje de sentirse gota y sea océano, entrará en comunión con el Todo y el Todo irradiará toda su Luz a través de ella. Cuando vuestra alma, encarnada en un cuerpo físico, mire hacia arriba y sienta lo mismo que esa gota de agua os fundiréis con el Todo y el Todo irradiará a través de vosotros esa Paz, esa Luz y ese Amor que sois, que siempre habéis sido y que siempre seréis.
En realidad eres el todo y el ser creador del universo, y aún no te has dado cuenta de tu grandeza.
Vanessa